Si algo es todo, a la vez es nada

Hace algunas semanas tuve la maravillosa oportunidad de tener una conversación con Juan Nieto en su podcast “Movimiento Desencadenado” (si aún no lo has visto, te dejo el link más abajo).

Fue un hermoso intercambio de perspectivas dónde compartimos ideas y conceptos sobre la filosofía detrás de la práctica de Movimiento, dando lugar a una buena oportunidad para poder reflexionar sobre aquello que transmitimos. Y es que en la misma conversación surgieron temas tan abstractos y difíciles de comprender (sobre todo si no se experimentan) como la misma definición de lo que es el “Movimiento”.

Citando a mi alumna más joven, me atreví a afirmar que el Movimiento es todo; hecho por el cual Juan planteó la paradoja “si algo es Todo, a la vez no es nada”. Y esto tiene una verdad espiritual mucho más profunda (algún día escribiré sobre ello), sin embargo no fue la perspectiva que quisimos abordar. Nos decidimos por observar el hecho de que si no tenemos un marco claro para definir nuestra práctica, ésta corre el riesgo de convertirse en algo confuso e ineficiente que haga perder la dirección de nuestro desarrollo.

 

Una paradoja para reflexionar

La paradoja de que “si algo es Todo, a la vez es nada” se relaciona con la necesidad del ser humano de definir marcos o contextos para trabajar y entender el mundo. Esta paradoja puede interpretarse a través de las ideas de Ken Wilber, un filósofo y escritor conocido por su trabajo en integrar diversos campos del conocimiento. Wilber argumenta que la realidad es multifacética y que ningún marco individual puede capturar completamente su complejidad. La idea de que “si algo es Todo, entonces es nada” refleja la noción de que cuando intentamos abarcar todo dentro de un marco o una definición, ese marco pierde su utilidad y significado específicos. Es decir, al tratar de incluir todo, el marco se vuelve tan amplio y general que deja de ser útil para entender aspectos concretos de la realidad.

Por otro lado, esta paradoja también destaca la necesidad humana de establecer límites y definiciones para poder comprender y operar en el mundo. Los seres humanos necesitan estructuras y marcos de referencia para dar sentido a sus experiencias y organizar su conocimiento. Sin embargo, estos marcos son siempre limitados y no pueden capturar la totalidad de la realidad.

Y esto se vuelve aún más problemático si lo llevamos al tema que nos concierne (la práctica de Movimiento); pues ésta nueva perspectiva de la actividad física no solo se enfrenta a la necesidad humana de etiquetar y definir marcos, sino que rompe de manera notable con el paradigma actual respecto al “entrenamiento”. La visión mecanicista y dual que se defiende, sellada por René Descartes, nos invita a ver al ser humano como una máquina; no solo estableciendo la dualidad entre cuerpo y mente, sino estudiando cada “mecanismo” por separado. Y cuantas más ramas dentro de la ciencia aparecen, muchas más partes separadas se crean: del estudio del ser a la de solo el cuerpo humano, del cuerpo humano al aparato locomotor, del aparato locomotor al ejercicio físico, del ejercicio físico a un deporte específico…

Y el problema no rige en estas divisiones, como explica Ken Wilber en su obra “Consciencia sin fronteras”, sino en la manera con la que nos relacionamos con ellas; convirtiéndolas en un sinfín de fronteras que identificamos como la realidad.

 

El límite de los "desgloses"

Hay un límite en la cantidad de desglose que uno puede realizar en una parte global antes de que se convierta en otra cosa.
Imagina que separas los átomos que forman el agua (hidrogeno y oxigeno) para entender el funcionamiento de ésta molécula. Puedes conseguir información de las cualidades de los átomos por separado, pero de nada te servirá para comprender el agua si no los unes.
El oxígeno por sí sólo es un gas incoloro e inodoro. El hidrógeno por sí sólo es un gas incoloro e inodoro, y además uno de los elementos químicos más simple del mundo.
En la unión improbable de ambos se obtiene algo totalmente distinto: agua, una de las sustancias más complejas del Universo.

Ocurre lo mismo en la ciencia de la actividad física. Si estudias la fuerza como una capacidad aislada sin tener cuenta rango de movimiento (movilidad) ni la coordinación ni consciencia corporal (un pequeño marco de lo que compone el movimiento), la información que recibirás será pobre y muy limitada. 

No digo que no podamos separar un tema de estudio en pequeñas porciones para poder facilitar la labor de entender su complejidad, pero veo muy coherente que después de ello busquemos vincular y unir cada parte con el resto para entender el global; conectar diferentes conocimientos para una comprensión más completa y equilibrada de la realidad.

 

La práctica como proceso de integración

En este sentido, la práctica de Movimiento representa un desafío y una oportunidad para ir más allá de la fragmentación y buscar una comprensión más holística del ser humano en su totalidad. Es un llamado a integrar, no solo los aspectos físicos del entrenamiento, sino también los mentales, emocionales y espirituales. Esta integración es lo que permite que el Movimiento trascienda la mera actividad física y se convierta en una práctica de desarrollo personal y transformación.

Sin embargo, este es uno de los grandes obstáculos con los que nos encontramos los divulgadores de la práctica de Movimiento, pues va más allá de una comprensión ordinaria y esto dificulta el entendimiento de aquellos que no han experimentado los distintos estadios de desarrollo que se presentan en este camino. Como consecuencia, algunos optan por no exponerse a dicha práctica o lo hacen de una manera superficial que los alejan de un crecimiento honesto y holístico (“coleccionistas de movimientos” según Ido Portal). Por eso, en uno de los próximos artículos definiré y enmarcaré la práctica de Movimiento en 4 “principios”: visión generalista, sincronización, complejidad y profundidad. Pero esto no debe ser la realidad, sino un primer paso para encaminar tu dirección.

La filosofía detrás de la práctica de movimiento, como discutimos en el podcast con Juan, busca conectar diferentes perspectivas y conocimientos, reconociendo la validez parcial de cada uno, pero también sus limitaciones. La paradoja de “si algo es todo entonces es nada” señala la importancia de estar conscientes de que todo inicia en un marco pequeño, específico y simple; pero aspirando a la expansión e integración de cada marco para tener una comprensión más completa y equilibrada de la realidad.Reconoce que el cuerpo y la mente no son entidades separadas, sino parte de un todo interconectado. Al abordar el Movimiento desde esta perspectiva integradora, no solo buscamos mejorar la capacidad física, sino también cultivar la consciencia, la presencia y la conexión con uno mismo y con el mundo.

 

En conclusión

La conversación con Juan Nieto en su podcast “Movimiento Desencadenado” fue una invitación a reflexionar sobre cómo nuestras definiciones y marcos de entendimiento influyen en nuestra práctica y experiencia de vida. A través de la práctica de Movimiento, podemos explorar la riqueza de la experiencia humana en su totalidad, más allá de las limitaciones impuestas por los marcos restrictivos. Es una búsqueda continua de equilibrio entre la definición y la apertura, entre el análisis y la integración, una danza entre ser y hacer, entre conocer y experimentar.
Te dejo el link al podcast aquí para que puedas explorar estas ideas más profundamente y ver cómo pueden aplicarse en tu propia práctica de Movimiento y en tu vida.

Disfruta de tu práctica y sonríe.

Muchas gracias,

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